El impacto de los hábitos de vida en México
En México, dentro de la población adulta (20-69 años) hay más de 17 millones de hipertensos,
más de 14 millones de dislipidémicos, más de 6 millones de diabéticos,
más de 35 millones de obesos o con sobrepeso,
y un creciente número de víctimas de enfermedades depresivas y a causa de hiper frecuencias.
Una gran parte pertenece a la población económicamente activa,
con devastadoras consecuencias sociales y económicas.
Para darnos una idea, tan solo las afecciones cardiovasculares caen dentro del rubro de gastos catastróficos.
No se trata solo de un asunto personal o familiar. Los problemas de salud, incluyendo la mental,
representan millones de dólares por concepto de medicamentos, atención profesional,
disminución en la productividad y ausentismo laboral,
afectando no solo el patrimonio familiar, sino, a fin de cuentas, el social.
México encabeza padecimientos mortales
DIABETES Pandemia del siglo XXI, la padecen 422 millones de adultos en el mundo. Las personas afectadas tienen un mayor riesgo de complicaciones diversas: ataques al corazón, derrame cerebral, discapacidad visual, amputaciones y muerte prematura. Hoy en día, las tasas más altas de diabetes se concentran en los países en desarrollo, de ahí la preocupación de la OMS por el acceso a los tratamientos en los países con menos recursos. La “Diabetes tipo 2” como se le conoce, es la enfermedad contraída por malos hábitos básicamente alimenticios, por no llevar una vida adecuada, sino sedentaria. El 90% de casos es de tipo 2, frente a los del tipo 1, que guarda una mayor relación con la genética. Aun así, la incidencia del tipo 1 no es pequeña. Según la Federación Internacional de Diabetes, anualmente en México se diagnostican 6 mil 200 niños de 0 a 14 años, con este mal. El costo del tratamiento anual es de $68,480 aproximadamente. Muchos de los menores no cuentan con seguridad social y, por si fuera poco, existe una falta de personal médico capacitado. Gran parte de la población infantil se enfrenta a una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Los niños obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Según la OMS, las muertes por diabetes aumentarán en un 50% en los próximos 10 años.
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Las enfermedades crónicas son males de larga duración. Las afecciones cardíacas, el cáncer, las enfermedades respiratorias, junto con la diabetes, son responsables del 63% de la mortalidad en el mundo. Destacan las cardiopatías coronarias, las enfermedades cerebrovasculares, el aumento de la tensión arterial y las vasculopatías periféricas. Se calcula que la hipertensión es la causa de muerte anual de 9 millones de personas. En este siglo se calcula que han muerto cerca de 20 millones por eventos cardiovasculares. Unos 7,4 millones por cardiopatías coronarias y 6,7 millones por accidentes cerebrovasculares. Se prevé que para el año 2030, casi 23,6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular.
Dentro de este panorama mundial, México ocupa un lamentable puesto en el campo de males
degenerativos. El gasto del país en este rubro es menor al que asignan países con desarrollo
similar: México ha destinado un 6,2% del PIB. En los países OCDE, el gasto en salud promedia 9,6%.
Los mexicanos aún pagan de su bolsillo muchos de los servicios de salud, en ocasiones con
consecuencias familiares financieramente desastrosas. Según datos oficiales, un 45% del gasto en
atención médica y medicamentos sale del bolsillo de los pacientes y sus familias, muy por encima
del 19,5% en los países OCDE. “De hecho, una de las razones para crear en 2003 el Seguro Popular
fueron los cuatro millones de familias que quedaban en la ruina cada año por gastos catastróficos
relacionados con la salud”, afirmó Julio Frenk, secretario de Salud cuando fue creado el SP.
Expertos opinan que el gobierno mexicano, que en 14 años ha elevado el presupuesto para salud
en 1,1 puntos del PIB, debiera destinar, cuando menos, un 7% del mismo.
Julio Frenk, creador del seguro popular durante la administración de Vicente Fox y actual asesor en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, ha mencionado las condiciones que dieron lugar a la implementación de dicho programa. Se llevaron a cabo detallados estudios donde se tomaron como referentes las experiencias en México y de otros países, antes de realizar una prueba piloto de dos años. Terminado el período, se aprobó la ley primeramente en 5 estados y gradualmente se extendió, siendo el último el entonces Distrito Federal. En aquel momento en México había unos 50 millones de usuarios de servicios de salud, pero una parte similar no contaba con ningún seguro, por no ser asalariados. Con la puesta en marcha en el 2003 del Seguro Popular se dio una cooperación Federal de un lado y Estatal de otro, para aportar los recursos a fin de que los ciudadanos no asalariados pudieran acceder a un tipo de servicio de salud. En los 15 años que funcionó, se afiliaron 55 millones de personas, lo cual fue un avance de nivel mundial: México alcanzaba una UNIVERSALIZACIÓN en los servicios de salud antes que los EEUU.
Ante la actual cancelación de esta red de servicios, se vislumbra un sombrío panorama para la población de bajos recursos y en general hacia los estratos más vulnerables de población. Por el contrario, el mejor apoyo que la ciudadanía puede recibir es la inversión en salud y educación. Resulta más efectiva una educación de prevención de enfermedades, la implementación de programas alternativos de tratamiento a población en etapas tempranas, y asimismo, el mejoramiento de las instalaciones deportivas dentro y fuera de los recintos académicos, a fin de reforzar los lazos en el entorno familiar.
En este proceso, las mejores aliadas son la Ciencia y la Tecnología .
